*Solo entre el 2012 y 2020, la región Madre de Dios experimentó un aumento del 280% en tierras dedicadas a la ganadería, pasando de cerca de 69 mil a más de 193 mil hectáreas.
Frente a los desafíos impuestos por el cambio climático, que ha intensificado la degradación del suelo y la deforestación, Perú está adoptando la ganadería regenerativa como una solución sostenible para su sector agropecuario. Esta práctica sostenible puede ayudar a mitigar los efectos climáticos al restaurar los suelos degradados y reducir la deforestación.
Según una investigación científica reciente, el 80% de los pastizales altoandinos en Áncash, Junín, Pasco, Huancavelica y Lima están en estado de degradación extrema. Esta situación, exacerbada por el cambio climático, ha llevado la migración de la ganadería a nuevas tierras, como la Amazonía. Así, entre 2012 y 2020, la región Madre de Dios experimentó un aumento del 280% en tierras dedicadas a la ganadería, pasando de cerca de 69 mil hectáreas a más de 193 mil.
Este cambio en el uso del suelo, sin la aplicación de buenas prácticas ganaderas, podría llevar a la selva peruana a enfrentar el mismo problema que la región andina. La Amazonía es un ecosistema frágil con alta biodiversidad y podría sufrir un impacto aún mayor debido al cambio climático.
Para abordar este problema, hace un año, diversos sectores de la sociedad civil conformaron la Alianza para una Ganadería Regenerativa en la Amazonía (AGRAP). Esta alianza busca mejorar la calidad y sostenibilidad de la ganadería a través de atributos regenerativos y de producción libre de deforestación, lo que también contribuiría a la mitigación del cambio climático. Además, la AGRAP está comprometida con el desarrollo y promoción de una agenda de investigación conjunta, uniendo los esfuerzos de la academia y los centros de investigación para fortalecer la ganadería sostenible en la Amazonía peruana.
“Hace 4 años descubrimos que Colombia practica ganadería regenerativa con resultados muy positivos en suelos amazónicos altamente degradados y en Perú aún no se realizaban este tipo de acciones. Vimos una oportunidad única y la pusimos en marcha. Hoy más de 220 personas se han capacitado e implementan buenas prácticas en sus predios”, expresó Nelson Gutiérrez, gerente de Bosques y Asuntos Indígenas de WWF Perú.
En el campo, las evidencias son contundentes. Se empieza a ver la regeneración natural del bosque y los extensos territorios cubiertos de pasto se combinan con árboles que dan sombra al ganado y nutren el suelo. La academia también ha mostrado interés en esta iniciativa, con estudiantes y profesores de distintas universidades e institutos de investigación visitando las parcelas piloto para conocer los avances.
La doctora María Helena Souza de Abreu, de la Universidad Nacional Agraria La Molina, sostuvo: “Ver la rápida recuperación del suelo y lo seguros que se ven los ganaderos al implementarlo nos motiva a empezar a investigar para identificar indicadores sociales, económicos y ambientales que demuestren la sostenibilidad. Es importante que la academia contribuya para conocer más sobre la macro y micro fauna del suelo, la recuperación de semillas criollas, la restauración de los suelos, entre otros temas. Sin suelos y pastizales recuperados, no hay producción animal. Es necesario priorizar la recuperación de los suelos y pasturas degradadas a través de un manejo sostenible, orgánico y regenerativo.”
Cabe resaltar que la AGRAP está conformada por reconocidos científicos de universidades como Open University, Universidad de Madre de Dios (UNAMAD), Universidad de San Martín, Universidad Amazonas, Universidad Nacional de la Selva, Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), entre otras.
Johana Custodio
SPDA