Antes de terminar el período que debería concluir el año 56, en Palacio, se hacía hincapié por el Jefe del Estado, que un plan de Gobierno, para alcanzar las conquistas necesarias, en provecho del país, debería proyectarse veinte años adelante. Había tanta seguridad en que las elecciones saldrían tal cual las plantearon en Palacio, que hasta remodificó la dieta del futuro presidente de la república elevándose a cincuenta mil soles, la de los Ministros y aún de los Directores de Ministerios, también fueron elevadas.
Se formó la gran lista que, oleada y sacramentada, se tenía por segura.
En Madre de Dios se alinearon por la forma oficialista del Dr. Lavalle para Senador el Ing. . Para Diputados: Por Tambopata: Manuel Montesinos Velasco. Por Tahuamanu: Antonio Ipinza Vargas, Capitán retirado. Por Manu: El Comandante retirado Héctor Castañeda Pastor. Por la de oposición, como la lista presidencial del Dr. Prado: Para Senador el Comandante Ricardo León Velarde y Diputados: el Dr. Rodríguez Rengifo, el Teniente retirado Alberto Mallea Benavente y el Sr. José León Velarde Valdivia. Triunfó, si así se puede llamar a la imposición, la oficialista; pero había triunfado residencialmente el Dr. Prado Ugartechi, con el apoyo del APRA.
En 1956 comienza para el Perú una era de transformación descentralizada. Se crea el Fondo Nacional de Desarrollo Económico.
Empero, es necesario referirse a los antecedentes de esta conquista, para aclarar él por qué la mayor pare de las provincias no alcanzaban los beneficios de una partida presupuestal en bien de la jurisdicción.
En los períodos de gobierno anterior, para lograr que se voten partidas para obras públicas en los departamentos, había que lograr, primeramente, conquistar un cargo de miembros de la Directiva de la Cámara, para poder crear una partida específica en el Presupuesto de la Nación. De no conseguirse el cargo Directivo, había que cultivar cercanamente la amistad de los miembros de la directiva.
Pero tampoco era posible a los directivos, satisfacer compromisos de amistad, a pesar de que la partida por la cámara, para consignarse en el Presupuesto Nacional. En última instancia, moviendo cielo y tierra y con gran ascendiente sobre el Presidente de la República, éste ordenaba por teléfono la creación de la partida en el proyecto del presupuesto.
Tampoco el Presidente podía satisfacer a todos ordenando la inclusión de los pedidos.
En 1952, el Diputado Nacional Dr. Manuel Sánchez Palacios tuvo la valentía de poner las cosas en claro. Al tocarle la presidencia de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de
Diputados, tomó como se dice, al toro por las astas y planteó la necesidad ineludible de que cada provincia tuviese una partida específica para obras públicas, sin privilegios para nadie.
Todavía quedaba un reducto que vencer. El Ejecutivo, compuesto por el Presidente y los Ministros de Estado.
Suministran o dan posesión y hacen cumplir las leyes dadas por el Congreso. El presupuesto de la Nación es Ley que hace cumplir el Ejecutivo. Y este era el único inconveniente que quedaba en pie. Bastaba con decir al Representante que todavía no se ha recaudado la partida de su provincia, para negársela.
Fue en 1956, cuando otro parlamentario, el Senador Dr. Alberto Arca Parró, perfeccionó la efectividad de las partidas de provincias. Presentó el proyecto de Ley del fondo Nacional de Desarrollo Económico, que se convirtió en Ley.
En virtud de ésta ya no tendría que mendigarse ni a los Directivos de las Cámaras, ni a los Ministros y, por último ni al Presidente de la República.
Cada Departamento y cada Provincia del País, tendría en adelante una partida específica para la construcción de obras públicas.
Es importante la Ley del Fondo Nacional de Desarrollo, por su carácter de intangible y acumulables de las partidas.
Por la intangibilidad no podía emplearse en otra cosa que no fuera obras para el
Departamento consignado; y por calidad acumulable, las partidas no usadas por equis razones, pasaban a engrosar la partida del siguiente año y no caducaban, como en años anteriores, pasando a la deuda interna.
El Ejecutivo cuando no quería servir a representantes no partidarios, podía detener la entrega de los libramientos a cuenta de partidas del presupuesto, pero no podía disponerlas para otra cosa. Para detenerlas, se amparaba en la misma ejecución del Presupuesto. Cada mes ingresa al erario un doceavo o sea la duodécima parte del monto de la partida.
En diciembre recién ha ingresado el íntegro. Una obra por un millón doscientos mil soles, tendría a medio año recién seiscientos mil. Si el ejecutivo quería extendía Libramiento por el total. Si no deseaba servir al Representante, bastaba con que le informe que no se había recaudado el total, pero que por no dejar de atenderlo podía autorizar seguir un libramiento por los dozavos recaudados.
Quiere decir pues, que los representantes del Perú, a partir del año 1956 disfruta de partidas para obras públicas en provecho de todas las circunscripciones con el Fondo Nacional de Desarrollo Económico.
Elecciones del 1962.
Las elecciones de 1962, no culminaron con la transmisión del mando ni con la incorporación de los elegidos, debido a que faltando pocos días para la transmisión se produjo el golpe de Estado del General Pérez Godoy, que derrocó al Dr. Manuel Prado.
Al año siguiente el General Lindley, con otro golpe de Estado, derroca a Pérez Godoy, modifica el Estatuto Electoral y convoca a elecciones.