Aun no se han profundizado las investigaciones Históricas sobre las evidencias culturales en el territorio del Departamento de Madre de Dios, para así determinar el paso del hombre antiguo por este Departamento. Como se sabe, toda la región que se extendía hacia la parte norte y noreste del Cuzco formaba el Antisuyo, una de las cuatros regiones en que se dividía el Imperio de los Incas la cual no llegaron a dominar.
Según Garcilaso, Sinchi Roca penetró en la región de los Antis y ganó hasta el río llamado Callahualla, conquistando los pueblos de la región que corresponde a la actual provincia de Manu.
Dice también que una de las mejores regiones del Antisuyo era “la que llaman Musus y los españoles llaman los Mojos” y que el Inca Yupanqui se propuso conquistar y con tal fin organizó una expedición que pasó grandes penalidades hasta llegar al río Amarumayo, nombre que se refiere al río Madre de Dios.
Allí, según el relato del cronista, cortaron gran cantidad de árboles con que pudieron fabricar suficientes balsas para transportar diez mil hombres que se embarcaron con sus alimentos y armas navegando por el gran río hasta llegar a la región que poblaban los Musus.
Pero sólo pudieron arribar a su destino unos mil hombres porque el ejército imperial fue diezmado en el camino por las tribus belicosas que no cesaron de atacarlos desde las riberas del río.
Estas versiones recogidas por el gran cronista han sido puestas en duda. La que se refieren a Sinchi Roca, por la confusión de datos históricos que hay respecto a su época y la de Inca Yupanqui porque parece difícil que llegaran hasta el lugar que indica los diez mil soldados que dice se embarcaron para navegar por el Amarumayo.
Además, se considera que con respecto al río mencionado puede haber incurrido en las mismas equivocaciones en que han caído otros relatos posteriores, observándose que en cuanto a la dirección del río hay un completo desconocimiento del asunto por parte de Garcilaso cuando aventura la opinión de que el río Madre de Dios o Amarumayo puede ser uno de los que forman el río de la Plata.
No está pues esclarecido el paso antiguo del hombre en este Departamento, pues no se han profundizado las investigaciones históricas sobre los lugares en que se encontrado elementos de antiguas culturas.
Al respecto dice el padre Aza en sus “Apuntes para la Historia de Madre de Dios”, que el padre Cenitagoya, también misionero dominico, le informó sobre monumentos de respetable antigüedad encontrados en una expedición al río Pantiacoya, cuando se estableció la Misión que lleva el mismo nombre.
Dichos restos, de los cuales se tenía noticia alguna, consisten en inscripciones y figuras grabadas en rocas, en una extensión de once metros de largo por dos de ancho. Pese a que han transcurrido muchos años del citado descubrimiento, no se han hecho hasta ahora estudios sobre las ruinas mencionadas.
Según se refiere, perseguido Manco Inca por los españoles intentó internarse en las selvas de Madre de Dios, pero encontró una tenaz resistencia de los salvajes, que lo acosaron hasta ponerle en fuga.
El primer blanco del que se tiene noticias que haya intentado entrar en la región de este Departamento, es Pedro de Candia, uno de los trece del Gallo. Inició su recorrido por Paucartambo y paso verdaderas penalidades en las tupidas selvas por las que se internó con sus hombres, la mayoría de los cuales perecieron en la agreste zona.
Ante dificultades tan grandes y desorientadas sobre el lugar en que se encontraba, optaron por regresar, saliendo con grandes esfuerzos por la zona de Carabaya.
La expedición de Candia tuvo lugar en 1538; un año más tarde Pedro de Ansures de Camporredondo.
Siendo joven aún el Héroe de Arica Francisco Bolognesi, se interesó por la cascarilla y realizó una expedición que siguió la ruta del Inambari. Con el mismo propósito se internó en la región un año más tarde el norteamericano Landener Gibbon.
En 1852 se realizó la expedición del industrial Mandel Galdo, que en una balsa de goma de su invención intentó recorrer el Madre de Dios, siguió la ruta de Ayaviri, internándose en el
Alto Perú, de donde llegó al pueblo de mojos y luego a recorrer el Beni en una expedición que se prolongó por cinco meses.
Un hecho curioso es que el apellido Maldonado esté ligado a los descubrimientos y expediciones en Madre de Dios desde hace siglos..
En 1546, Diego Maldonado, apodado El Rico, obtuvo autorización de los funcionarios coloniales del Cuzco para explorar la parte oriental de ese Departamento, llegando a internarse en lo que hoy es Madre de Dios, pero pereció trágicamente dejando trunca su expedición, que continuo Pedro Maldonado, probablemente su hijo o hermano, que también tuvo un fin desgraciado.
Otros intentaron también la misma empresa recordándose entre ellos a Hernández de Girón, Nuño Chávez, Andrés Gastos, Diego Alemán, Gómez Tordoya y Gaspar Sotel. Diego Alemán se había propuesto someter a los Mojos y cayó prisionero de una tribu salvaje que lo victimó a él y a todos sus acompañantes.
Los primeros misioneros que ingresaron hasta el río Samo denominado Heath, fueron los mercenarios del Cuzco, los que fundaron el pueblo de San Pedro de Samo, siendo hasta entonces los que más se habían aproximado a Madre de Dios, aún desconocido.
Álvarez Maldonado, descubridor de dicho río, relata que cuando realizó su expedición ya los misioneros estaban familiarizados con los salvajes y eran respetados por éstos.
Gómez Tordoya había obtenido autorización en 1561 del Virrey Conde Nieva para viajar al país de los Mojos y conquistarlos, pero fue anulada después por el Gobernador Lope García de Castro para dársela a Gaspar Sotelo, al que también se la quitó después para finalmente concedérsela a Juan Álvarez Maldonado.
Era éste un hombre destacado del Cuzco que había prestado señalados servicios a la Corona de Europa y conociendo en la Ciudad Imperial que circulaban referentes a las grandes riquezas que se decían había en la región oriental del Cuzco, preparó la expedición que terminaría con el descubrimiento del río Madre de Dios.
Dotado de grandes condiciones para estas clases de empresas, desplegó intensa actividad, ingresó en la enmarañada selva hasta el río PiñiPiñi, donde fundó una población a la que bautizó con el nombre de Vierzo.
Continuando su exploración llegó hasta el Alto Madre de Dios, donde fundó el Puerto Buenavista y estableció un astillero, donde construyó embarcaciones para recorrer todo el río Madre de Dios, encomendando la primera expedición a su Capitán Manuel de Escobar, la que tuvo un fin desgraciado, pues fue exterminado por los salvajes después de sufrir los ataques del despechado Gómez Tordoya.
La segunda expedición más numerosa, al mando de Álvarez de Maldonado, llegó hasta el río Tambopata, de donde retornaron exhaustos al Cuzco.
Uno de los sueños de Álvarez de Maldonado había sido llegar a un país de riquezas fabulosas, llamado Paititi, sobre el que circulaban muchas leyendas, una de las cuales lo ubicaba cerca del río Inambari. En 1623, Juan Recio de León hizo una descripción fantástica de ese país, pero no dijo dónde estaba.
En 1661 Fray Domingo Álvarez de Toledo ingresó por Carabaya y llegó al país de los Toromosas, con los que tomó contacto; y en 1780 Tiburcio de la Landa obtuvo permiso del
Virrey Jáuregui para explorar la región, pero falleció sin poder cumplir su propósito.
En los primeros años del siglo pasado fueron los misioneros los que hicieron varias entradas a las selvas de Madre de Dios con el deseo de poder catequizar a los infieles, muriendo algunos de ellos en manos de los naturales fracasando en su intento. El inglés Sir Clemens Markham recorrió el Inambari y el Tambopata, también en busca de la cascarilla, que llevó a Europa.
Pero la expedición más notable del siglo pasado es la del Coronel Faustino Maldonado, que partiendo el cinco de febrero de 1861 del PiñiPiñi, con un grupo de compañeros de aventura, recorren por primera vez en toda su extensión el río Madre de Dios hasta que este se une con el Madeira en Brasil.
Como muchas otras que la precedieron, esta expedición tuvo también un fin desgraciado. Había recorrido ya más de 200 km. del Madeira con intención de llegar hasta el Amazonas cuando el 18 de marzo del mismo año se volcó la embarcación en la cascada llamada “El Infierno”, pereciendo Maldonado y tres de sus acompañantes, perdiéndose también el “Diario de la Expedición”.
En los años 1864-1865 don Antonio Raymondi; el Coronel Baltasar Latorre en 1873, pereció en el “Pongo Coñec” tratando de repetir la hazaña de Maldonado, para esclarecer los datos que figuraban en un diario que circulaba por la época como Diario de Maldonado.
En el año 1894 aparece el acaudalado cauchero don Fermín Fitzcarrald, dando una grandísima sorpresa a todos los bolivianos que por entonces habitaban estos lugares, pues tuvo la osadía -por decirlo así-, de trasladar una lancha armada desde el Urubamba hasta el Manú, afluente de el río Madre de Dios, y bajar en ella hasta Riberalta (Bolivia), con la bandera peruana al tope, dando de esta manera una prueba palpable de lo audaces que eran los peruanos que sin contar con elementos mecánicos, acometían empresa de esta naturaleza; así lo comprendió y valorizo el no menos audaz y hombre de empresa boliviano don Nicolás Suárez que de inmediato le propuso hiciera sociedad con su amigo el Dr. Baca Díaz, a quien don Nicolás Suárez le ofreció toda su ayuda y protección , lo que se realizó, y de esa manera emprendió viaje el Dr. Baca Díaz a Europa, con el fin de conseguir en España familias que quisiesen venir al Perú a fin de colonizar los lugares donde se encontraba establecido Fitzcarrald en el Urubamba y para ello designaron la fecha en que Baca Díaz debía llegar a Iquitos, y así fue, llegado Fitzcarrald a esa ciudad en la fecha indicada encontró a Baca Díaz con las familias españolas y las mercaderías necesarias para llevarlas al lugar destinado, y comenzaron a trasladarlas en lanchas. En uno de los viajes donde iban los dos socios en el Urubamba, al pasar un rápido se rompe la cadena del timón de la lancha, y ésta queda sin gobierno estrellándose contra las piedras, dándose vuelta de campana, y arrastrando en sus aguas a todos los pasajeros; salido a la orilla del río, Fermín Fitzcarrald observa que su socio Baca Díaz se debatía en una desesperada lucha para salir a tierra; Fitzcarrald se despoja de su vestimenta y se arroja al río en pos de salvar a su amigo, fatalmente éste se abraza fuertemente de él y ambos de ahogan.
Fue así como desaparecieron del escenario de la vida estos dos pioneros de la selva. En recuerdo de este ilustre cauchero, sólo queda el Istmo de “Fitzcarrald” que figura en nuestros mapas. En cambio a los bolivianos en recuerdo de su patricio desaparecido en aguas peruanas, bautizaron una provincia en el Beni con el nombre de provincia de Baca Díaz, cuya capital es Riberalta.
En el año 1901 vino una expedición comandada por el coronel La Combe. Ese mismo año se formó la junta de Vías Fluviales con el fin de estudiar el aprovechamiento de los ríos del Oriente en las comunicaciones y por disposición de esta entidad, el primer Comisario de la Región Juan Villalta donde fundó el 10 de Julio de 1902 Puerto Maldonado, en la confluencia del río Madre de Dios y el río Tambopata. Posteriormente siguieron llegando más expediciones; en 1903 la de Fitze Von Hassel y Stiglish; y en 1905 la expedición del Coronel Heraclio Fernández, quien murió en unión de su hijo Alcides perdidos en la selvas. Durante los años posteriores fueron llegando caucheros como Bernardino Perdiz, de nacionalidad española, que se radicó en el Alto Madre de Dios, don Máximo Rodríguez, Carlos Sharff, Domingo Troncoso, Ernesto Rivero, Souza y Vargas.
Se abrieron casas comerciales como las de Braillard, Máximo Rodríguez, Bruno Pulsen. El Supremo Gobierno de entonces, deseoso de consolidar nuestra posesión que Bolivia nos disputara, y en cuya defensa cayeron muchos civiles y militares como el Teniente Alejandro Acevedo, muertos el 19 de noviembre de 1910 en el Manuripe, defendiendo nuestra integridad territorial. En esta faceta de armas debemos recordar a don Máximo Rodríguez, establecido en su fundo “Santa Rosa” y a don Ernesto Rivero quienes contribuyeron a la defensa de nuestra soberanía.
El 26 de Diciembre de 1912, y por ley Nº 1782 se crea el Departamento de Madre de Dios, señalando que tendría por capital Puerto Maldonado, es una de las pocas leyes de creación de departamento que señala con toda precisión los linderos que entonces se fijaron al nuevo Departamento y a cada una de sus provincias. Con tal motivo se establecieron las dependencias de Prefectura, Subprefectura, Tesorería, Aduana, Correos, Policía, Sanidad, Capitanía y Servicios religiosos. En la misma ley de creación se autorizaba al Poder Ejecutivo, contratase los servicios de un ferrocarril o de un decauville en el Istmo de Fitzcarrald, que permitiesen preparar los ríos para la navegación a vapor, y que se adquieran los medios de transportes que se considerasen indispensables para el servicio ; y de un camino carretero, que partiendo de la margen izquierda del río Madre de Dios frente a este Puerto Maldonado, terminándose en Iñapari, capital de la provincia de Tahuamanu. Sencillamente las obras no fueron ejecutadas en esa oportunidad.
La vida del departamento comenzó con un presupuesto de 13,195 libras peruanas, pero de las partidas expresadas por ley del 26 de Diciembre de 1912, no todas se cumplieron. El 12 de mayo de 1918, se juramentó al primer alcalde del Consejo Provincial de Tambopata, que fue don Carlos Briolo, pues los años anteriores era la Prefectura del Departamento la que se encargaba de este ramo, cediendo gratuitamente terrenos tanto urbano como de montaña para la agricultura, con el fin de aumentar su población. Existía una guarnición de gendarmes dependiente de la Prefectura del Departamento; y era el Prefecto el que intervenía directamente sobre ella, dando altas, ascensos, bajas y castigos. En 1913 fuimos visitados por el Coronel Portillo y el Capitán de Navío don Oscar Mavila, los mismos que recorrieron los ríos Manuripe, Muymanu y Tahuamanu, conservando como recuerdo de esta visita, la “Quebrada Mavila” en el Manuripe, y el Puesto de Portillo en el Muymanu.
En el año 1920, fue atacado el Cuartel de la Gendarmería por don Alejandro de Vivanco, donde perdió la vida, estando de Prefecto titular don Oswaldo Patiño Zamudio. En 1920 asume la Alcaldía el prestigioso cauchero don Antonio Ipinza Vargas, propietario del Fundo “Shiringayoc”, hombre dinámico y progresista y en cuyo desempeño de su cargo, construye un mercado de abasto con su peculio personal y que es el que hasta hoy esta en servicio este mercado antiguo, dotándolo de mármoles para el expendio de la carne, también obsequió dos carretas para el Servicio de Baja Policía compradas en Belem do Pará (Brasil), y hubiera hecho algunos beneficios más, si el pueblo de aquella época lo hubiese reelegido reconociendo sus méritos.
A fines del año 1921 se produjo un levantamiento de la Gendarmería contra los empleados públicos, deportando al Sub-prefecto, Administrador de Correos y apresando al Tesorero, Telegrafista y otros más. En el año 1922, asume la Prefectura del Departamento don Carlos León Velarde en reemplazo de don Oswaldo Patiño Zamudio, autoridad correcta. Su política fue de unificación de la familia de Madre de Dios y su lema era: “El enemigo en casa” lo que consiguió, pues se preocupaba por dar trabajo a todos sin distinción. Durante su gobierno como primera autoridad del Departamento se preocupó de manera preferente en los caminos, y así se abrieron los caminos de herradura de esa ciudad a Puerto Prado en el Heath, y de Cachuela Oviedo, evitando el penoso recorrido de ésta a Lucerna en el río Piedras; además se abrió el importante camino de herradura de esta ciudad hasta “Puerto Carlos” en el río Inambari.
Trasladó la Población del bajío a la altura. Tanto en este trabajo como en la apertura del camino del Inambari fue asegurado por el dinámico Subprefecto de Tambopata de entonces, don Ángel Emilio Dancuart, hombre de lucha y de acción, a quien hasta hoy no se le ha hecho justicia, ni siquiera designando con su nombre una de las calles de este pueblo que él trazó.
El 7 de Agosto de 1931, la Junta Nacional nombra una Comisión para formular el Ante-Proyecto de Constitución del Estado, integrada por 10 miembros, los mismos que dan término el 7 de Diciembre del mismo, y por el cual se hacía desaparecer este Departamento, pasando la Provincia de Tambopata a Puno, y las de Manú y Tahuamanu al Cuzco.
Ante semejante noticia, y considerando todos los esfuerzos y sacrificios realizados en defensa de este territorio, el pueblo organizado, solicito al Sr. Prefecto proporcionase la Banda de Músicos de la Gendarmería con la que se hizo una gran manifestación popular recorriendo las principales calles de la población dando vítores a la patria, al Gobierno y al nuevo Prefecto Accidental. Al llegar frente al Despacho Prefectural en cuyo corredor fronterizo se encontraba el Prefecto rodeado por todos los funcionarios públicos. El Sr. Vicente Martínez Jiménez fue el designado por el pueblo para hacer uso de la palabra, expresando lo siguiente:
“Sr. Prefecto: El Departamento de Madre de Dios representado por los elementos más caracterizados, se presentan en estos momentos ante Ud. con el objeto de dejarse escuchar y elevar por intermedio suyo su más enérgica protesta ante los Poderes del Estado por el.
Atentado que contra la integridad y la vida de este Departamento, entraña el Art. 13 del Ante-Proyecto del Estado, elaborada por la Comisión nombrada por la fenecida Junta de Gobierno.
Este Departamento que fue creado hace 19 años por la inaplazable necesidad de defender su integridad nacional, amenazada por la ambición de nuestros vecinos del Este y Suroeste, ha venido llevando cumplidamente su misión histórica, en consonancia con el heroico patriotismo de sus hijos, de esos héroes que lucharon y rindieron sus vidas en la defensa de esta región, cuando con la audacia y tesón que da la ambición, era invadida por brasileños y bolivianos. Los manes de esos héroes que duermen tranquilos en el regazo de la Patria, deben haber huido espantados exclamando con el Libertador: “Hemos Arado en el Mar”.
Nosotros que hemos recogido esta herencia sagrada, frutos de tantos sacrificios patrióticos, venimos ante Ud. llenos de indignación y de dolor para que nos sirva de intérprete y de vocero ante el Supremo Gobierno, y le diga que legislar no es destruir y matar sino, crear, corregir, perfeccionar y fomentar, y que el Departamento de Madre de Dios confía y espera tranquilo que el Gobierno de Reconstrucción y Progreso Nacional como el que tiene prometido el Comandante Sánchez Cerro, no ha de permitir que se consuma la iniquidad con este Departamento, por el solo hecho de que económicamente no es aún filón de explotación, porque no sea estimado su capacidad productora, ni se le ha poblado extensamente con una política de Colonización hondamente orientada, y se le ha dejado sin vías de comunicación y sin industrias y condenada a la miseria y la inoperancia. Ud . Señor Prefecto que comparte nuestra luchas y nuestra inquietudes por la vida, estamos seguro, de que sabrá interpretar cumplidamente nuestro anhelo y el derecho de nuestro Departamento a continuar ocupando dentro de la división política de la Nación, el rango que los legisladores de 1912 le supieron asignar…
El Sr. Prefecto cumplió con nuestro deseo y pudimos conseguir que se anule tal propósito.